La Semana Santa en el cristianismo y en el calendario litúrgico es la semana que precede a la Pascua, comenzando en el Domingo de Ramos y concluyendo en el Domingo de Resurrección.
La ciudad imperial, Cusco, no es ajena a esta festividad, ya que es una de las tradiciones más importantes y de fe, características que los habitantes de la ciudad de Cusco llevan en sus mentes y en sus personas. A diferencia de otras conmemoraciones, la Semana Santa en Cusco tiene al Lunes Santo como su día central, ya que en esa fecha sale en procesión el Patrón Jurado de Cusco, el "Señor de los Temblores". El Arzobispo de la ciudad ofrece la Misa de Comunión en la Catedral, que comienza a las 8 de la mañana. Se celebran misas cada hora hasta el mediodía.
La Semana Santa en Cusco se celebra entre la segunda quincena de marzo y la primera semana de abril, la fecha es variable.
El domingo, comienza la festividad con el "Domingo de Ramos", donde se conmemora la entrada de Jesucristo a Jerusalén. Las familias de Cusco asisten a las diferentes parroquias de la ciudad llevando palmas y cruces tejidas con la misma planta, las cuales son bendecidas en las celebraciones eucarísticas de los distintos templos de la ciudad; posteriormente, las llevan a sus casas y las colocan detrás de las puertas, como símbolo de protección para el hogar.
La Semana Santa en Cusco tiene como día central el Lunes Santo, ya que en esta fecha sale en procesión el Patrón Jurado de Cusco, el "Señor de los Temblores". Se manifiesta el sincretismo católico-andino de la población cusqueña. La procesión del Taytacha (denominación en quechua que significa "Papá") reúne a alrededor de 80 mil devotos que esperan la bendición de la Sagrada Imagen.
El Señor de los Temblores
La Capital Arqueológica de América y antigua sede principal del poderoso Imperio Tahuantinsuyo celebra la Semana Santa venerando la imagen del Señor de los Temblores o Taytacha Temblores, en quechua. Según algunas fuentes, la historia de este Cristo de facciones escuálidas y apariencia abrumadora se remonta a cuando el Emperador Carlos V envió la efigie a Cusco, hecha especialmente para los indígenas, copiando sus rasgos toscos. Los españoles buscaban consolidar la Conquista realizada por la espada e imponer su culto.
Pero fue el 31 de mayo de 1650 cuando la llama de la fe del pueblo cusqueño por el Señor de los Temblores se encendió aún más. Esa tarde, un terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter sacudió la ciudad, derribando muchas casas y templos.
Para aplacar la ira del Señor, la autoridad eclesiástica ordenó que la Virgen Inmaculada y un Cristo poco conocido en la Catedral de Cusco salieran en procesión. Alrededor de las cuatro de la tarde, las dos imágenes comenzaron la procesión recorriendo el perímetro de la Plaza de Armas.
Las personas con miedo, terror y desesperación decidieron seguir las dos imágenes. Fue entonces en ese momento que el desastroso terremoto se calmó gracias a la imagen del anteriormente conocido como Señor de la Buena Muerte. Desde entonces fue nombrado 'Señor de los Temblores'. Desde ese momento, las andas de este Cristo mestizo salen en procesión todos los Lunes Santo, seguidas por una multitud de feligreses que lo acompañan con fervor humilde.
En las ventanas de las casas por donde pasa la efigie, se colocan refinadas piezas de tapices aterciopelados con flecos de oro, telas brillantes y alfombras, que las familias reservan especialmente para esta ocasión. Mientras tanto, los camaretos o pequeños morteros, los fuegos artificiales y los cohetes sacuden la atmósfera con su ruido, haciendo que los cantos y las oraciones de la multitud sean casi inaudibles.
La Procesión del Señor de los Temblores fue instituida el 31 de marzo de 1650 para conmemorar el terremoto, pero en 1971, la fecha se trasladó al Lunes Santo. La procesión del Patrón Jurado de Cusco comienza a las 2:00 p.m. recorriendo el perímetro de la Plaza de Armas antes de dirigirse a la Calle Plateros y llegar al Templo de Santa Teresa, donde se cambia el sudario de la sagrada imagen por uno nuevo. Una vez completado este proceso, el Taytacha se dirige a la Plaza San Francisco, donde realiza la primera bendición al pueblo cusqueño.
Después de esto, la sagrada imagen continúa su recorrido hacia la Basílica Menor de La Merced, donde se cambia el sudario nuevamente. Por la noche, el Patrón Jurado se dirige a la Catedral de Cusco, donde realiza su última bendición a toda la población cusqueña, llenando a todos con un momento emocional y telúrico lleno de fe, esperanza y perdón.
Las cantoras del Taytacha (Chayñas del Cusco) son mujeres cantantes que interpretan canciones durante y después de la procesión del Señor de los Temblores. Estas mujeres tienen un fervor y una magia en sus voces, típicas de los Andes y Cusco, cantando con sus voces agudas y delicadas en quechua.
Una flor roja de color intenso, la flor carmesí, es una flor nativa de la región quechua que crece en altura solo en los días de Semana Santa y especialmente en el Lunes Santo. Se dice que la resina de esta flor es lo que causó el color oscuro del Patrón de Cusco.
Flores Rojas "Ñucchu"
La Semana Santa continúa con el "Jueves Santo". Es el día en que se recuerda la última cena en toda la comunidad cristiana. En la Basílica de la Catedral, el Arzobispo lava los pies de doce ancianos, en memoria del lavado de pies de Jesús a sus apóstoles, mientras las familias se reúnen para disfrutar de los "doce platos" recordando la "Última Cena" (esta actividad puede variar para el Jueves Santo o el Viernes Santo según la preferencia de cada familia). Aquí se puede ver la mezcla de la cocina andina y occidental, mientras que en la Plaza San Francisco y el Mercado Central se pueden comprar dulces como maicillos crujientes, bizcochuelos, suspiros, empanadas y otras delicias de la repostería tradicional cusqueña. Por la noche, las familias recorren las calles y plazas del Centro Histórico siguiendo la ruta de los "Siete Templos" que recuerdan las caídas de Jesús en su camino al Calvario.
Tradicional "Lavado de Pies"
El Viernes Santo, al igual que en Ayacucho, tiene lugar el encuentro de las andas de Cristo en el Santo Sepulcro y la Virgen de los Dolores. Se realiza el Vía Crucis desde la Plaza San Francisco hasta la Cruz del Papa ubicada en Sacsayhuamán, este evento es organizado por el Convento de San Francisco. Ese día, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, no es un día de abstinencia en Cusco. La costumbre es degustar doce platos típicos diferentes (fecha variable para el Jueves Santo o el Viernes Santo) que incluyen diversas sopas y guisos, ya sea a base de pescado seco, trigo y olluco, hasta deliciosos postres como manzana, maíz o dulces de maíz.
Feria de hierbas medicinales donde toda la población de Cusco sale a comprar hierbas, espinas en forma de cruz, amuletos, etc. Estos se colocan en las puertas de las casas de Cusco para protegerse del mal.
Tradicional feria "Hampirantikuy".
Después de ayunar hasta el mediodía, las familias cusqueñas degustan los 12 platos, en conmemoración de los 12 apóstoles y la Última Cena. Los platos más comunes son:
SALADOS:
DULCES:
12 platos de Cusco.
Alrededor de las 5 de la tarde, la imagen de la Virgen Dolorosa y el Santo Sepulcro salen en procesión desde la Basílica Menor de La Merced, recordando la muerte de Jesucristo. Esta procesión está acompañada por miles de fieles que siguen su fe.
La Semana Santa llega a su fin el Domingo de Pascua. El domingo 17 de abril de 2022, es el día en que Jesucristo resucita de entre los muertos, para ello, las familias cusqueñas acuden a las parroquias para participar en las homilías. Después de la procesión y la celebración de la misa, a través de las calles principales, se puede percibir el exquisito aroma de las delicias que deleitan a locales y forasteros, como el sabroso caldo de gallina, las empanadas, el maíz blanco dulce, los tamales y los pasteles. Así, de manera pagana, la Semana Santa andina se cierra en la milenaria ciudad imperial de Cusco.
Empanadas, suspiros y maicillos.
Pan dulce, rosquillas y empanadas.
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